El estilo de mando en la estructura jerárquica de la empresa es un
elemento clave para conseguir el pleno y satisfactorio rendimiento del personal
empleado.
Antes de analizar los
distintos estilos de dirección y gestión de personas en el ámbito empresarial,
es conveniente distinguir una serie de conceptos:
Mandar (ordenar): es decir a los demás lo que tienen que hacer.
Dirigir: coordinar el trabajo de los demás.
Liderar: conseguir que cada uno haga lo que
tiene que hacer con organización e iniciativa propia, delegando tareas,
funciones y responsabilidades.
Se pueden distinguir los siguientes
estilos básicos de mando:
- Autoritario: Se le manda/ordena a cada trabajador lo que tiene que hacer y cómo
lo tiene qué hacer. Limita la iniciativa y la autonomía.
- Consultivo: Se consulta a los trabajadores sobre la mayoría de los aspectos del
trabajo, incluso sobre aquellos que directamente no les afectan, siendo no
obstante la decisión responsabilidad última del mando.
- Democrático: facilita la participación de los trabajadores en la toma de
decisiones.
- Pasivo: la dirección se limita básicamente a dar instrucciones y consignas
generales para el desarrollo de los trabajos y la supervisión de los
resultados finales.
Independientemente del estilo de mando
existen unos factores claves en la dirección de personas en el ámbito
empresarial:
- Tener
unos objetivos claros, así como los modos y
métodos para conseguirlos.
- Conocer a
fondo a las personas con las que se trabaja.
- Liderar
con el ejemplo.
- Saber motivar e
incentivar a los empleados.
- Una comunicación y trato personal y directo.
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